Es un fenómeno que nace de la telemedicina. Gracias a la salud remota ahora los pacientes pueden contar con ayuda certificada las 24 horas y 365 días del año.
Sin duda la teleasistencia es vital para la práctica de la medicina remota. Es un servicio preventivo de asistencia domiciliaria que permite la atención de personas mayores y discapacitadas que tienen un elevado nivel de dependencia que se apoyan en los recursos tecnológicos para resolver cualquier novedad de un paciente que disfrute de dicho servicio.
La teleasistencia no solo permite una atención inmediata, sino que también asegura la intervención inmediata en crisis personales, sociales o médicas para proporcionar seguridad y contribuir decisivamente a evitar ingresos innecesarios en centros residenciales.
Por ahora se puede distinguir varias modalidades de teleasistencia teniendo en cuenta diferentes factores: según el tipo de accionamiento, según el tipo de respuesta y según el tipo de servicio. A su vez, el usuario también determinará la modalidad del servicio de teleasistencia.
La teleasistencia es un recurso viable cuando el afectado necesita monitoreo constante y no puede ser trasladado a un centro clínico para su atención. Su aparición en la industria sanitaria ha sido un avance en la atención y recuperación de pacientes que por una particular anomalía o patología que necesita un monitoreo constante.
El objetivo que persigue la teleasistencia, es la permanencia en el entorno habitual de vida del destinatario, evitando el desarraigo, asegurando la intervención inmediata en crisis y mejorando así su autonomía y calidad de vida.