La fiebre no es más que una elevación corporal de temperatura que se genera para alertarnos que algo no anda del todo bien en nuestro cuerpo. Usualmente el problema que subyace a la fiebre es una infección de tipo viral (en la gran mayoría de los casos) o bacteriana. Por supuesto, existen otras causas un poco más infrecuentes en niños como alteraciones hematológicas o procesos inflamatorios que podrían desencadenar un episodio febril.
Cuando sientas que tu hijo está un poco más “caliente” de lo normal es muy importante que busques de inmediato un termómetro y midas exactamente cuánto tiene. Otro punto ¡vital! Es que debes conocer que la temperatura en la axila o a nivel rectal, no es la misma. Si mides la temperatura de tu bebé a nivel de la axila, debes sumarle 0,5º C a lo que te arrojó el termómetro, en cambio a nivel rectal es exactamente la medición del termómetro la que vamos a considerar (sin restas ni sumas).
A partir de 37,5ºC podemos considerar que el bebé o niño tiene fiebre. Y ahora ¿qué hacemos luego de saber esto? A partir de este momento es importante que tomes en consideración lo siguiente:
- ¿Tu bebé es menor de 30 días de nacido?
- ¿Es mayor de 30 días de nacido pero no tiene fuerza para succionar tu pecho (si es un lactante)?
- ¿Es mayor de 30 días de nacido pero tiene un llanto irritable que no calma ni siquiera en los brazos de su mamá?
- ¿Es mayor de 30 días de nacido pero tiene vómitos innumerables?
- ¿Es mayor de 30 días de nacido pero esta somnoliento o no responde a estímulos externos?
- ¿Es mayor de 30 días de nacido pero le cuesta respirar o se le marcan las costillas al respirar?
Si respondiste que “si” a alguna de las interrogantes previas, ¡debes acudir de inmediato a un servicio de urgencias! Ya que la causa de la fiebre puede ser una infección un poco más grave que requiera atención médica de inmediato.
Ahora bien, si tu bebé no cumple con ninguna de las señales de alarma que enumeramos previamente, pero tiene una temperatura mayor a 37,5º, puedes tomar las siguientes recomendaciones:
- Lo mejor que podemos hacer antes de aplicar cualquier medicamento, es un baño con agua templada o un poco tibia (nunca debe ser fría) esto le permitirá al cuerpo del bebé/niño aclimatarse a esta temperatura externa y la fiebre irá cediendo.
- Por supuesto, se recomienda acetaminofén o paracetamol en jarabe ¡según el peso del niño! Es muy importante que tengan esto en consideración ya que un exceso de acetaminofén puede ser perjudicial para el hígado del bebé.
- ¡No te recomendamos untar alcohol o soluciones alcoholadas! Recordemos que los bebes son sensibles a muchas cosas y el alcohol que le colocas en la piel, puede llegar a absorberse y generar una intoxicación.
- ¡No inicies un tratamiento con antibióticos! Recuerda que la primera causa de fiebre en los niños de 3 meses a 3 años son infecciones virales y, a menos que tenga más de 3 días continuos con fiebre, lo más probable es que no necesite un antibiótico para mejorar. ¡Consulta con su pediatra si al 3er día persiste con fiebre!