Los antihistamínicos son los fármacos más utilizados contra las reacciones alérgicas. Bloquean la acción de la histamina, una sustancia química producida por las células que provoca hinchazón y picor.
Suelen están disponibles en forma de comprimidos, cápsulas y líquidos para tomar por vía oral; como colirios; y como aerosoles nasales, que pueden utilizarse hasta cuatro veces al día.
Los antihistamínicos, las alergias y otras infecciones
Los antihistamínicos se encuentran entre los medicamentos más utilizados en Estados Unidos. Suelen tomarlos las personas con alergias, resfriados y otras infecciones respiratorias, pero también se utilizan mucho para tratar el insomnio, el mareo y la enfermedad de Parkinson.
Aunque son eficaces para tratar ciertas afecciones, los antihistamínicos pueden tener algunos efectos secundarios que exponen a los usuarios al riesgo de somnolencia o mareos. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas que toman varios medicamentos, ya sean de venta con receta o de venta libre.
Los antihistamínicos se utilizan generalmente para tratar alergias y resfriados, pero también pueden emplearse como sedantes o somníferos. Los antihistamínicos pueden producir sueño, por lo que la gente suele utilizarlos para conciliar el sueño.
¿Afectan en la conducción o al manejar?
Los antihistamínicos suelen recetarse para aliviar los síntomas de alergias y resfriados porque bloquean los receptores de histamina del organismo. La histamina es una sustancia química producida por los glóbulos blancos que desencadena una respuesta inflamatoria cuando interactúa con los mastocitos de los tejidos corporales.
Por ello, los antihistamínicos actúan bloqueando la capacidad de la histamina para unirse a estos receptores, impidiendo que provoquen inflamación o liberen otras sustancias químicas que causan reacciones como hinchazón o congestión. En la mayoría de los casos, esta respuesta es útil: ayuda a proteger frente a alérgenos como el polen o el polvo y reduce la congestión relacionada con los resfriados y los virus de la gripe.
Algunos antihistamínicos contienen alcohol, por lo que pueden aparecer en una muestra de orina aunque no se haya consumido alcohol. Algunos antihistamínicos de venta con receta también pueden aparecer en el análisis porque contienen codeína u otros opiáceos.
Los antihistamínicos más comunes son Benadryl (difenhidramina), Claritin (loratadina), Allegra (fexofenadina), Zyrtec (cetirizina) y Xyzal (levocetirizina).
Aunque los antihistamínicos pueden ayudar a conciliar el sueño, también pueden dificultar el despertar, sobre todo si se toman en grandes cantidades o con alcohol. Por ello, no se recomienda tomar antihistamínicos antes de conducir o manejar maquinaria.
Algunos estudios han demostrado que tomar antihistamínicos antes de conducir puede dar falsos positivos por consumo de drogas durante los controles de drogas. Debido a los efectos calmantes de los fármacos sobre el sistema nervioso central y ralentizan la actividad cerebral, lo que puede afectar la concentración al volante.
Si le han recetado antihistamínicos para la fiebre del heno u otra enfermedad y quiere saber si afectarán a su capacidad para conducir, lo mejor es que lo comente primero con un médico. Un especialista podrá ajustarle la dosis para que funcione mejor al volante o sugerirle una alternativa si es necesario.
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