Febrero es considerado por muchos el mes del amor y la amistad y en Wortix no quisimos dejar pasar la oportunidad de reconocer el valor del amor. Considerado por muchos como el científico que por amor dejó el estudio de las galaxias para encontrar la cura contra el cáncer, les contamos la historia de Mauro Ferrari.
Curar el cáncer por amor ¿Es posible?
Tras la trágica partida de su esposa Marialuisa en 1995, producto de una enfermedad terminal, con solo 32 años. Mauro Ferrari renuncia al cargo que ocupaba para sumirse en el poder curativo de la medicina. Estaba dejando todo atrás para comenzar a criar solamente a sus dos hijos.
Hace cuatro décadas, Ferrari se había ganado una beca para estudiar en la Universidad de California. Siempre fue muy entusiasta por las matemáticas y eso fue lo que lo llevó a formar parte de esta prestigiosa institución.
Ferrari era la primera persona de su familia que había conseguido un título universitario, solía portar el cabello largo y mostrar un aspecto desenfadado. Una vez, se topó con Marialuisa y esta es su inspiradora historia.
La ciencia basada en el amor
Mauro Ferrari conoció a Marialuisa, una joven de 20 años en aquel entonces. Se gustaron, se casaron y tuvieron dos hijos hasta que, 12 años más tarde, la vida le arrebató a su esposa debido al cáncer. Ahora, el científico ha enfocado su trabajo en curar este tipo de enfermedades como forma de homenaje y amor por su esposa.
Fue escogido para llevar el cargo de presidente en la Alianza para la Nanotecnología contra el Cáncer, y más adelante, al cabo de ocho años, se vio nuevamente honrado con esa responsabilidad, pero ahora dentro del Hospital Metodista, en donde se involucra la investigación.
El trabajo del equipo de científicos que componen el laboratorio se ha enfocado en diseñar nanopartículas que tienen la habilidad de reclutar y destruir únicamente los tumores cancerígenos sin afectar el resto del organismo.
El gran desafío que hay por delante es la creación de una nanotecnología capaz de regular los diferentes estadios de la enfermedad y actuar con eficacia para erradicar el cáncer. Para tener éxito, se necesita que cada nanopartícula encargarse de un proceso distinto: atacar el tumor en la sangre, en los tejidos o directamente a la raíz del problema.
La Facultad de Farmacia de la Universidad de Washington lo describe como un pionero de la nanomedicina, la oncofísica del transporte y la nanotecnología.